El camino es quien da abrigo al peregrino, al que persigue el reencuentro, al que cultiva sus sueños; pero ese peregrino, soñador de estrellas, es quien marca el sendero de historia amparado en la calidez del amor del Padre.
“Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios... para edificar un mundo nuevo" (Papa Francisco).