Bienaventurados los jóvenes de espíritu.

Como muchos ya saben, p. Luis Manco va a dejar de ser el asesor IMC para los LMC Argentina. Ha asumido las riendas de la Parroquia San José en Orán, Salta, lo cual requiere gran responsabilidad y más aún una dedicación prácticamente exclusiva. Aquí les dejo unas líneas de despedida escritas por él mismo.

"Queridos LMC TODAS/OS. Noten qué finura de caballero: antes las LMC, luego los varoncitos LMC! Así aprenden que en el mundo no hay igualdad. Hay predilecciones. Pues nuestro Dios misionero es un Dios muy parcial: patea en contra de los que recitan roles de machistas, de saberlo todo, de "creídos" y juega a favor de los más marginados. Bueno, la broma me salió espontánea y no se ofendan! A la espontaneidad, también, confío estas líneas, este saludito al terminar mi misión con Uds. ¿Qué decirles?

Entiendo. Dos golpes en un solo año son muchos. ¡Cuánto nos habíamos encariñado con nuestro Daniel! Qué discreto, qué genial, qué sufrido por restablecer armonía, reconciliación. ¡Qué alegre misionero! Créanlo: él quiso repartir por las misiones del Kenya. Lo sentimos nosotros también, los misioneros de la Consolata pues habíamos puesto en él muchas ilusiones para confiarle un rol importante en la Región al terminar con la formación de los Novicios. Pero, ¿quién de nosotros podía frenar su celo de misionero de las fronteras? Para cada misionero: allá tiene “derecho” de ir donde lo llevan las alas de su corazón!

En mi caso, fui yo mismo a pedir a P. Antonio, nuevo superior regional que me removiera del cargo. Él, P. Antonio, habiendo estado aquí en Orán conmigo por casi tres meses, se dio cuenta cuán arduo laburo hay en esta parroquia. No me sentía de seguir con otros compromisos queriendo entregarme de lleno a la pastoral. Nunca hice de párroco en mi vida hasta la experiencia a lo largo de dos años en Pirané, que fue más llevadera porque podía contar allí con personas y estructuras sólidas (me precedían 61 años de presencia de los IMC en aquella parroquia). Muy distinto es aquí. ¡Gracias por comprenderme!

¿Qué les deseo? ¡ÁNIMO! Así les diría Allamano, el gran maestro y guía de la misión. Siempre me encantó una expresión de la Biblia (y la experimenté veraz en las encrucijadas de mi vida): “El brazo del Señor no está vencido”. Y un amigo obispo de Italia, mons. Tonino Bello (exploren quién era buscando en Google!) afirmaba: “Dios, con viejos zapatos sabe hacer calzares de arcángeles”.

A una condición: ¡que nos fiemos de Él!

¡Los bendiga el Dios de la vida y Señor de los amaneceres!

Los acompañe María Consolata y el Beato Fundador. Luis

PD: estaré en Jujuy, en el próximo enero.


Algunas imágenes para recordar la alegría, la frescura y la sabiduría de este pequeño gran misionero:





1 comentarios: (+add yours?)

Marcos dijo...

Gracias por tanto P. Luis!

Fue un placer haberte conocido. Vos sabés que hacer amistad con los misioneros de la Consolata es acostumbrarse al desapego, al desarraigo, porque cuando todo comienza a encaminarse, los destinos mandan, la misión llama, y toca irse a nuevos horizontes.

Pero la Consolata nos tiene un poco de compasión, y desde ese mismo momento ya comienza a idear el plan para reencontrarnos, seguramente con la excusa de la tarea misionera.

Gracias por tu espiritualidad, por tu sabiduría, por tu inspiración para la misión. Gracias por hacernos testigos del carisma de José Allamano.

MARCOS.

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