"No me dejes partir, algarrobo".

Que en ti se anuden todos los caminos
Y no haya más rumor que el de la tarde,
Con abrazo tenaz de enredadera
Cuando pasa descalza por la arena.
(Atahualpa Yupanqui)


Tal vez sean las palabras del maestro Atahualpa las que den inicio a este pequeño compartir de realidades.

Hace muy poco tiempo, el grupo LMC Guaymallén, empezamos nuestro servicio misionero permanente en lo que denominamos “Los Algarrobos”. Para situarnos geográficamente podemos referir: una zona rural, una calle muy extensa en un desierto que el hombre convirtió en oasis agrícola. Allí las viviendas no son muy grandes ni ostentan lujos, pero sin duda el corazón es más que grande.

Bajo una enramada, brindada gentilmente por una familia de la zona, en piso de tierra comenzamos los primeros encuentros de catequesis para comunión. Claro que antes hubo una aproximación en visitas a hogares; y a partir de esa experiencia el servicio concreto.

Hasta esa casa llegaron los chicos con la ilusión de conocer algo nuevo, de encontrarse con lo diferente, de andar nuevos horizontes. Todo comenzó sencillo: juegos, dinámicas de presentación, ronda para compartir nuestros deseos y sueños, canciones, la sencillez y calidez de la Palabra.

Los encuentros de Catequesis para Primera Comunión han continuado, la enramada se ha convertido en el punto de encuentro; el Señor se ha hecho presente en la oportunidad de compartir el descubrimiento del amor. Y paso tras paso, el Dios de la Vida, moldea los corazones de quienes han recibido su dulce invitación.

Dejamos a su consideración, lector- lectora, investigar cómo es un Algarrobo, cuáles son sus características. Pero las líneas escritas en el comienzo, describen las intenciones de cada misionero: “Que en ti se anuden todos los caminos”…”Que en Vos, Señor, se anuden todos nuestros caminos”.

Pablo Tansini, lmc.





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