... Cuando me escucharas hablar de la misión, no me criticaras, no te burlaras, ni me hicieras callar.
Cuando me vieras hacer los preparativos previos a la misión, no me interrumpieras, no objetaras mi accionar ni quitaras tiempo a lo que estoy haciendo.
Te diré algo, algo que me alegraría el alma y me daría energía si así sucediera:
Entonces allá, en plena tarea, contaré con tu apoyo y tu energía; y a mi regreso, sé que compartiré la dicha de lo que fue "La misión".
- pregúntame si me gusta lo que hago;
- pregúntame qué necesito para la misión;
- ayúdame a aligerar tareas previas;
- ofréceme lo que creas me será útil;
- si te pido algo, dime SÍ, sin retaceos;
- despídeme con un "te quiero", con un beso, con un "te espero" para que cuentes; pero despídeme con una sonrisa que me llene el corazón.
Gracias, cuento contigo para mi entrega misionera.
Esperanza Pérez, lmc
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