Comienzan nuevos desafíos.

Y sí, el tiempo pasa y nuevamente nos vemos organizando, y el primer encuentro de laicos en cada región va tomando forma. Cuantas cosas nos están pasando por la cabeza. Una lista larga de preguntas que, y no me mientan, dan un poquito de angustia. ¿Cómo nos irá este año? ¿Podremos hacer lo que nos propusimos? ¿Vendrán nuevos hermanos a unirse al trabajo laical? ¿Nos alcanzarán los recursos...


Estoy segura que lo mismo pasa en todos los grupos.

¿¿Qué hacer??

Lo mejor es lo de siempre, recurrir a nuestro Guía, el que nos aconseja siempre, el que dejó sus enseñanzas para momentos como éste.

En "Los quiero así", el Allamano dice: –Confíen... Nunca nadie se arrepintió de haber confiado.

Y nos dice algo más: –La paciencia es la virtud que modera la tristeza provocada por los males presentes; modera los movimientos del ánimo, para que no sea oprimido por las adversidades y permanezca estable, soportándolas con tranquilidad.

Leemos en otra parte del texto cuando se refiere a la divina providencia:

–Es necesario confiar en Dios pero también comprometerse en responderle... A veces el Señor quiere probarnos un poco y nos hace esperar. Con esto quiere recordarnos que somos pobres, que nuestro dueño es Él. Pero si respondemos a su llamado, siempre nos bendecirá.

Como siempre encontramos en el Beato, las respuestas que tanto necesitamos.

Es simple: confiemos, que no nos falte la paciencia y reafirmemos nuestro compromiso trabajando. No nos olvidemos de la oración, que alimenta nuestro espíritu de servicio por el que necesita. Entonces una lluvia de bendiciones nos permitirá superar las dificultades.

Sabemos que no es fácil, nadie dice que lo sea pero sí es posible. Siempre les digo, y lo creo fervientemente, que estamos bajo la atenta mirada de nuestra Madre Consolata así que adelante, con energía y sin temores.

Ya que estamos cerquita del 16 de febrero, fecha tan significativa para todos los misioneros, misioneras y laicos de la Consolata, aprovechemos para agradecerle al Beato sus palabras que nos dan paz y pidamos su intercesión para poder seguir aportando nuestro granito de arena a la gran obra de los padres misioneros del IMC.

Que tengan todos un buen comienzo de año de trabajo laical y que Dios y la Virgen los bendigan a cada uno de ustedes y sus familias para que podamos trabajar por la misión AD GENTES, llevando al Señor allí donde no lo conocen.

Un gran abrazo a todos.

Por Adriana Rojas, lmc

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