1. Lectura y comprensión de la Palabra
Del Evangelio según San Juan (3,14-21):
Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezcan, sino que tenga vida eterna.
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de él.
El que cree en él no será condenado; por el contrario, el que no cree en él, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
El motivo de esta condenación está en que la luz vino al mundo pero los hombres prefirieron la oscuridad a la luz, porque su conducta era mala. Todo el que obra mal detesta la luz y rehuye por miedo a que su conducta quede descubierta.
Sin embargo, aquel que actúa conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que toda su conducta está inspirada por Dios.
Palabra del Señor
2. Meditación
Todo el que crea en Jesús se salvará. Vino a nuestro mundo, formó parte de nuestra historia, caminó nuestros caminos para mostrarnos el camino al Padre. Habitó entre nosotros para salvarnos. Para eso lo envió Dios al mundo, nuestro mundo, el mundo que Dios ama porque Él fue su creador. Dios ama al mundo, nos ama a nosotros y nos regala la Vida eterna.
En este día y en este tiempo trabajemos para afianzar, nutrir y fortalecer nuestra fe. Creamos en Jesús, pongámonos en su presencia y roguémosle que aumente nuestra fe, anime nuestra esperanza y nos ayude a que nuestro amor sea valiente.
Algunas preguntas
- Nicodemo se acercó a Jesús. ¿Qué buscaba? ¿Yo deseo encontrarme con él? ¿Por qué?
- La luz ha venido al mundo, pero los hombres han preferido las tinieblas: ¿cuántas tinieblas rodean mis jornadas?
- Quien obra la verdad viene a la luz. No tiene temor de mostrarse quien obra por aquello que es. No se le pide al hombre ser infalible. Sencillamente que sea hombre. ¿Somos capaces de vivir nuestra debilidad como lugar de encuentro y de apertura a Dios y a los otros, deseosos como yo de trabajar fielmente en su espacio y en su tiempo?
3. Oración: pedimos perdón, agradecemos y pedimos al Señor su ayuda
Del Salmo 36:
El malvado escucha la voz del pecado
en el fondo de su corazón.
No teme a Dios, ni siquiera en su presencia,
porque se tiene en tan alta estima
que es incapaz de apreciar su culpa y detestarla.
Sus palabras son maldad y mentira,
ha dejado de ser sensato y de practicar el bien.
Señor, tu amor llega hasta el cielo,
hasta las nubes tu fidelidad,
tu justicia se asemeja a las altas montañas,
tu derecho, al océano profundo.
Tú, Señor, salvas a hombres y animales,
oh Dios, ¡qué inapreciable es tu amor!
Los hombres se refugian a la sombra de tus alas,
se sacian con la abundancia de tu casa,
les das a beber en el río de tus delicias;
porque en ti está la fuente de la vida,
y por tu luz vemos la luz.
Prolonga tu amor con los que te conocen,
y tu fidelidad con los de limpio corazón.
Que no me aplaste el pie del soberbio,
ni me haga huir la mano del malvado.
Los malhechores fueron derribados,
están hundidos y no se pueden levantar.
Todos:
Padre,
Que tanto has amado al mundo
Que tanto has amado al mundo
que has entregado a tu Hijo
para que se salve por medio de él,
Danos siempre la alegría
de sentirnos salvados por medio de Jesús
Y haz que seamos testigos
de la salvación que tú nos das.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
4. Contemplación
(Repetir alguna frase del evangelio...)
5. Comunicación y respuesta
- ¿Somos como Nicodemo, que escondemos nuestra fe por miedo o por pena? ¿Por qué?
- ¿Cómo podemos nacer de nuevo? Hemos sido bautizados, pero ¿qué frutos ha dejado en nosotros el bautismo? ¿Somos como los que no creen? ¿Qué compromiso nos pide nuestra fe?
- ¿Cuáles son los puntos importantes de nuestra fe? (Los puedes encontrar en Juan 3,16-18).
Oración final:
Puede haber intenciones libres, luego Padre nuestro, luego bendición final:
Padre, protege a quienes te suplican,
Sostén a los débiles y vivifica siempre con tu luz
a quienes caminan en las sombras de la muerte;
con tu clemencia apártalos de todo mal
y hazlos llegar a la plenitud de tus bienes.
a quienes caminan en las sombras de la muerte;
con tu clemencia apártalos de todo mal
y hazlos llegar a la plenitud de tus bienes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
4º Domingo de Cuaresma – ciclo B (18/03/2012)
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