El pasado 16 de febrero, fiesta de nuestro fundador, el Beato José Allamano, sonó el teléfono en Turín. Era el p. Pasqualetti comunicando que los Cardenales habían completado el proceso para la declaración de virtudes heroicas de sor Irene. Sólo restaba que el Santo Padre firmará el decreto.
En todo Turín, y en Castelnuovo también, la alegría fue inmensa. Sor Irene comenzaba a ser venerable. La noticia fue celebrada de manera muy particular por las hermanas, a la espera del decreto de heroicidad de las virtudes. En cuanto a la causa, el paso siguiente es el análisis y aprobación del milagro para la beatificación.
Por último, les dejo el saludo de las hermanas para todos los que formamos la gran familia de la Consolata:
Unidos en la alegría, los saludamos con gran afecto, y el amor por la renovación de nuestro compromiso de vivir en radical y alegría nuestra consagración misionera en la que la iglesia ha puesto el sello de reconocer la santidad de Irene, la hija de Allamano y nuestra hermana
Marcos Valdez lmc
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